Un tema muy recurrente en las conversaciones de viajeros son los momentos desagradables que han pasado al disponerse a hacer sus necesidades. Ya sea porque los aseos fueran un auténtico horror, porque no hubiese puerta, o incluso, porque en medio de la faena entrara alguien, y sin ningún tipo de vergüenza, se pusiera a esperar al lado tuyo a que terminaras.
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