Solo una de las conferencias detalladas tanto el programa académico como en el cultural del Congreso de la ASALE aborda esta disyuntiva, y con un título suficientemente enrevesado como para superar los filtros: Entre la satanización del masculino “incluyente” y la sacralización del femenino “excluido”, a cargo de Luis Barrera Linares, de la Academia Venezolana de la Lengua. Según él, el lenguaje está vivo, no es algo inamovible por mucho que los gramáticos de la RAE se enroquen en sus posturas.
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Cuando le he preguntado cuántos niños hay en tu clase, me han contestado "tantos niños y tantas niñas". Si sigue así durante mucho tiempo, lo interiorizarán.
Se nos están colando un montón de formas derivadas del inglés*, a capón, y ellos, sin inmutarse.
*Véase: Químicos, efectivos y otras por el estilo.
Me voy, que me está esperando el taxiste