Una novela escrita a cuatro manos por David Zaplana y yo misma no puede participar en un encuentro con jóvenes porque los profesores tienen miedo de la reacción de los padres si se enteran de que sus hijos están leyendo un libro que incluye algún pasaje de sexo explícito. Y estamos hablando de lectores y lectoras de dieciséis y diecisiete años.
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Y esto vale no unicamente para la literatura, también el cine de Hollywood ha caido en esa trampa, sorprende ver que en el cine de los 70-80 podía verse algún desnudo fugaz en películas juveniles, alguna escena algo erótica y/o alguna escena sangrienta. Hoy eso queda vedado del cine juvenil, hasta en el cine adulto que aspira a atraer a un amplio tipo de personas intenta ser lo más puritano y buenista posible.
Para mí que son dos casos diferentes.
Ven porno, y aprenden inglés. ¿Qué más se puede pedir?