El editorial en primera persona de Giannini se ha hecho viral al contar el dolor y el miedo que está viviendo en estos días y cómo los hospitales empiezan a estar saturados. "Cuando entré en esta UCI hace cinco días, había 16 personas, en su mayoría con más de 60 años. Hoy somos 54, en su mayoría entre los 50 y los 55. Aparte de mí, y de una docena de afortunados más, todos los demás se encuentran en condiciones muy graves: sedados e intubados. Todos deberíamos verlo, para entender qué significa todo esto. Pero la gente no quiere ver..."
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Lo siento si vuelvo a hablar de mi. Hoy "celebro" catorce días consecutivos en la cama, junto al invitado ingrato que vive dentro de mí. Pasé los últimos cinco días en cuidados intensivos, conectado a los tubos de oxígeno, los sensores de signos vitales, el oxímetro, con un acceso arterial al brazo izquierdo y un acceso venoso al derecho. Covid es traicionero, es silencioso, pero hace su trabajo: nunca se detiene, se insinúa en los intersticios pulmonares, y tiene un solo propósito, reproducirse, reproducirse, reproducirse.
Mejor en organismos jóvenes, frescos y dinámicos. Esta premisa no suena a boletín médico: me digo a mí mismo sólo para explicar esas pocas cosas que veo y entiendo, de este lado del frente, donde la guerra se libra en serio. Porque hay guerra, los "luchadores de la panza de la plaza y el teclado" están convencidos de ella, y se pelea en camas de hospital y no en programas de entrevistas.
Cuando entré en esta UCI hace cinco días, éramos 16, en su mayoría más de 60. Hoy somos 54, en su mayoría 50/55 años. Aparte de mí, y otros diez más afortunados, todos están en condiciones muy graves: sedados, intubados, pronados. Deberíamos ver, para entender qué significa todo esto. Pero la gente no quiere ver y, a menudo, se niega a comprender. Entonces tienes médicos, anestesistas, resucitadores, enfermeras que te lo cuentan, que ya están empezando a trabajar en doble turno porque tienen exceso de trabajo, enfundados como sabemos en monos, guantes, mascarillas y anteojos. No sé cómo lo hacen. Pero lo hacen, con la sonrisa y los ojos amargos: «En marzo nos llamaron héroes, hoy ya no hacemos cola. Ya lo han olvidado todo ... ». Aquí está la cosa: nos olvidamos de todo.
Con dejar morirse unos millones por las calles a la vista de todos basta y ya veras como ni asi dejan de hacer el pendejo.
Que sus sea leve...
Y lo peor es que a veces las motivaciones son más políticas que científicas. Así de estúpidos somos, pero el bicho no entiende de partidos
No creo que " la suerte" tenga que ver mucho aqui
El que todavía haya necesite ejemplos "gore" de lo que está pasando es que es gilipollas.
No tiene nada que ver pero me apuesto a que si este sobrevive escribe un libro. Como ya han hecho otros periodistas.
#6 tiene razón, vamos hacia una catástrofe humana que puede asemejarse a la que está sucediendo en algunos países con menos recursos, en los que la gente cae muerta por la calle, y han excavado fosas comunes.
Pero aunque pasara esto dudo que lo viéramos en la prensa, si no hemos visto ni un ataúd, ni una UCI ni nada de nada... Si hubiéramos visto la realidad que hubo en abril no estaríamos ahora como estamos. A 600 muertos semanales y más...
¿Hay un mensaje claro y consensuado por parte de las instituciones públicas? ¿Unos objetivos claros y conocidos? ¿Unas recomendaciones que todo el mundo conozca y tenga claras, y que no cambien cada dos días?
Quizás habría que empezar por eso, porque las imágenes creo que a estas alturas, no impresionan a nadie.
Lo que necesitamos es un mensaje repetitivo, machacón y cansino.
A mi me ha ayudado a comprender mejor la naturaleza humana, lo idiotizada que vive la sociedad. He visto casos de estupidez supina a gran escala en asuntos variopintos. Si esta sociedad fuera un grupo de WhatsApp me saldria a toda velocidad, la estupidez se propaga tan rapido como el virus.
Nunca sospeche que el retraso general fuera tan profundo, abandono todo esperanza.
Eso no es sobrevivir, es hundir la sociedad y economía. Estamos picando el barco bajo nuestros pies.
El mayor % de contagios se da en reuniones familiares y de amigos. Ahí queda claro quienes son los gilipollas