Los empleados del Departamento de Vida Silvestre de EE.UU. han vertido pesticidas tóxicos en el arroyo Mitchell Creek, un afluente del lago Michigan, para matar a los peces parásitos que chupan sangre de sus víctimas. Las lampreas marinas, que alcanzan de 60 a 90 centímetros de longitud, se parecen a las anguilas pero se comportan como las sanguijuelas. Según los empleados del Departamento de Vida Silvestre de EE.UU, los daños causados por las lampreas a la fauna estadounidense son enormes.
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