Cuando Hernán Cortés se encontró con Moctezuma por primer vez, éste le regaló cuatro piezas de Jade, sin embargo el conquistador las desdeñó, pues era oro lo que buscaba y no piedras sin valor. Hoy en día seguramente la historia hubiera sido otra, veremos porqué…
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El valor de las cosas es relativo a lo que la gente quiere dar. Tú fugate a Mexico con 500 hombres esperando encontrar fortuna para que no te jodan mucho desde la Corona por haberte ido a la francesa y vuelve con cuatro piedras verdes, que a ver que te dice el rey
"Esto os envía vuestro buen vasallo Montezuma"; y también yo os daré unas piedras muy ricas, que le enviéis en mi nombre, que son chalchihuites, que no son para dar a otras personas, sino para ese vuestro gran emperador, que vale cada una piedra dos cargas de oro. También le quiero enviar tres cerbatanas con sus esqueros y bodoqueras, que tienen tales obras de pedrería, que se holgará de verlas; y también yo quiero dar lo que tuviere, aunque es poco, porque todo el más oro y joyas que tenía os he dado en veces." Y cuando le oyó Cortés y todos nosotros, estuvimos espantados de la gran bondad y liberalidad del gran Montezuma, y con mucho acato le quitamos todos las gorras de armas, y le dijimos que se lo teníamos en merced, y con palabras de mucho amor le prometió Cortés que escribiríamos a su majestad de la magnificencia y franqueza del oro que nos dio en su real nombre. Y después que tuvimos otras pláticas de buenos comedimientos, luego en aquella hora envió Montezuma sus mayordomos para entregar todo el tesoro de oro y riqueza que estaba en aquella sala encalada.
De hecho, Cortés no era tonto ni mucho menos, y sabía que esas piedras le podían ser de mucha utilidad para comprar lealtades, como queda claro en este otro párrafo, bastante más adelante:
Pues como hubimos llegado a este pueblo que dicho tengo, Cortés halagó mucho a los caciques y principales y les dio buenos chalchihuites de México, y se informó a qué parte salía un río muy caudaloso y recio que junto a aquel pueblo pasaba, y le dijeron que iba a dar en unos esteros donde había una población que se dice Güeyatasta, y que junto a él estaba otro gran pueblo que se dice Xicalango