Philip K. Dick falleció cinco meses antes de que su nombre se hiciera mundialmente universal gracias a la adaptación cinematográfica de uno de sus cuentos y el término ‘blade runner’ se incorporara a nuestro imaginario. Entonces, 1982, apenas le lloraron aquellos, pocos, que incansablemente le habían reverenciado como un gurú de la contracultura, como el escritor visionario capaz de levantar la cortina entre la realidad que conocemos y las otras ‘realidades’ que no nos han sido reveladas, como un reformador de un catolicismo herético...
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Es una lectura más que densa, especialmente si te pilla desconectado de cosas así, pero creo que es una mente espectacular la suya, capaz de trazar una y mil conjeturas sobre algo que nunca fue capaz de acabar de explicarse. Supongo que un poco como era él, quizá no un gran literato pero sí con una capacidad espectacular de construir argumentos realmente interesantes.
En palabras de Robert Anton Wilson tras un encuentro con él, "me di cuenta que esta conversación con Phil había sido un intento por ver qué tan loco estaba. Si no estaba loco, había una oportunidad de que él tampoco estuviera loco. Pero si yo estaba loco, esto incrementaba la posibilidad de que él estuviera loco. Él aparentemente decidió que yo estaba lo suficientemente cuerdo para que él posiblemente estuviera cuerdo también, así que empezó a publicar sus experiencias, las cuales están ahora en varios libros: Valis, The Divine Invasion, The Transmigration of Timothy Archer, Radio Free Albemuth y la Exegesis.
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El uso de las drogas por los seres humanos es una de las razones por la que somos una especie inteligente. Las drogas fueron usadas por todos nuestros ancestros para expandir su conciencia sobre el mundo, y al tener otros puntos de vista sobre la realidad hace que seas capaz de descubrir cosas que antes no comprendías o incluso no tenías conciencia de esa otra perspectiva.
El debate está en discernir si es o bien el crecimiento de nuestro cerebro lo que lleva a buscar nuevas realidades a través de las drogas o bien es el uso de las drogas lo que hace que nuestro cerebro busque nuevas realidades; o tal vez sea un sistema que se retroalimenta y son necesarios ambos factores.
Aunque reconozco que K. Dick es mejor creando ideas y atmósferas que rematándolas.
Lo mejor toda la serie sobre la segunda variedad.
La sana costumbre de dialogar con gente que no tenga tus mismas ideas.