En los últimos años, la meditación ha ganado terreno en la cultura occidental, en cierta medida porque se le ha presentado como una especie de "antídoto" a algunos de los efectos más nocivos del estilo de vida imperante en nuestras sociedades. La prisa en que vivimos, el deseo de tenerlo todo bajo control y la obsesión por estar siempre ocupados son algunas de las situaciones propias de nuestra forma de vida en Occidente que conducen a estados como la inquietud, el enojo o la ansiedad. Frente a todo ello, la meditación se ha ofrecido como
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Si hay angustia, tristeza o lo que sea se está con ello con la idea que al no alimentarlo con el mental esta se desvanezca.
La idea es desidentificarte de lo que sucede para vivenciar el ser neutro.
Lo que sea que venga ya estaba, no lo provoca la meditación.
Mas o menos.
Por otra parte, lo de poner la mente en blanco o evitar los pensamientos en mi opinión tiene bastante de mito y hay quien va a mil y el hecho de pensar que ha de calmarse, parar, relajarse le pone taquicárdico como si fuera una olla a presión
Pero también hay quien contempla una "meditación racional" donde se pone mucho foco en ampliar el proceso de la meditación a pensar de forma dinámica e intencional sobre algún asunto.
Con lo de la mente en blanco me refería precisamente a eso, a la idea errónea de que meditar es poner o intentar poner la mente en blanco.