Algunas de las rocas más distantes de nuestro Sistema Solar actúan de una manera que sugiere que hay algún objeto masivo que no hemos podido ver. ¿Un planeta? Tal vez. Pero, ¿por qué no podría ser un pequeño agujero negro? Ese es el escenario que describen un par de científicos en un nuevo estudio. Por supuesto, reconocen que un planeta es más probable que la presencia de un agujero negro antiguo diferente de cualquiera que hayamos observado directamente.
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etiquetas: noveno planeta , sistema solar , agujero negro , james unwin
Pues eso
"Su teoría es descabellada, pero no lo bastante para ser correcta".
Esta solución parece una locura, pero igual...
Una cosa es traducir estadios de baseball a campos de fútbol, pero creo que pistas de bolos también tenemos
Para mi que se ha adivinado intencionalidad en mi comentario fuera de lo que dice...
@Maddoctor
@Fanpiro
www.ps.uci.edu/~jlf/research/press/dm_1011sciamDarkWorlds.pdf
ciencia != tecnología
Nuestra tecnología no lo está, Nuestra ciencia sí
teoricamente es viable, dado que esa masa es en razón de una energía descomunal y hay modelos hipotéticos de naves espaciales que se podrían propulsar a grandes velocidades con eso. Pero tecnológicamente es infactible de lejos
Yo señalaba la diferencia entre tecnología y ciencia
<<una cosa es impulsarse gracias al agujero negro al igual que se hace por ejemplo con Júpite>> halo drive. Emites luz al agujero negro en cierto ángulo sin entrar en el horizonte y te la devuelve de mayor energía y lo vuelves a repetir y así hasta ir escalando energía y velocidad. Es una de esas cosas teóricas conformes con la ciencia aunque no haya tecnología. etc para otras aplicaciones
Solo sería difícil de detectar. Podría tener satélites y podrías orbitar sin problema, siempre que no te acerques demasiado.
lamentira
Un lector me pregunta por la veracidad de un artículo en el que se afirma que NASA ha reconocido que el cambio climático en el que estamos inmersos, no tiene en realidad una causa antropogénica. En cambio, sería el resultado del cambio en la órbita de nuestro planeta provocado por Venus y Júpiter.
Mirando las referencias de ese artículo, nos encontramos con un viejo conocido de este blog: el sitio “naturalnews.com”. Mike Adams, propietario del sitio, ha difundido historias tan extraordinarias como la influencia en la personalidad de un niño de la posición de los astros en el momento de su nacimiento, o la existencia de aditivos basados en genes de fetos humanos en bebidas como Coca Cola.
Pero el origen del artículo de Natural News es una emisión de radio de Harold Turner, un fascista supremacista y negacionista del holocausto. Una funte de saber, vamos.
El fundamento científico de su argumentación se basa en el trabajo del geofísico serbio Milutin Milanković, que en la década de los años 20, teorizó sobre las variaciones climáticas producidas por los cambios periódicos en la cantidad de radiación solar que llega a la superficie terrestre producidas por las variaciones en los movimientos orbitales terrestres.
Identificó tres efectos:
La excentricidad orbital de la Tierra: nuestro planeta describe una órbita casi circular. Pero esto no siempre es así. Causado por el tirón gravitacional de Venus y Júpiter, la Tierra cambia su órbita haciéndola más elíptica y volviendo a casi circular con un periodo de 415.000 años. De esta manera, la distancia media al sol en un año completo varía alcanzando los máximos cada 207.000 años. La variación de radiación recibida por la Tierra no es muy alta, del orden del 0,2%, por lo que no parece ser la causa del incremento de temperatura del planeta registrado en el siglo XX.
La inclinación axial: la gravedad de la Luna y el Sol provocan que el ángulo de inclinación del eje de la Tierra respecto al plano orbital varia entre 22,1º y 24,5º cada 41.000 años.
Cuando la inclinación es más acusada, la diferencia de radiación entre verano e invierno se acentúa, y que los polos se enfríen, ya que reciben menos cantidad de energía neta en todo el año. Esto también aumenta el albedo y provoca que la bajada de temperaturas cuando la inclinación del eje es baja, aumente.
El último factor es la precesión axial. La Tierra… » ver todo el comentario
(aunque también podría ser la peor bomba construida )
En mi caso todo empezó con un ¿que pasaría si la gravedad se transmite a través del gravitón, y este se viera modificada su trayectoria de alguna manera? En concreto con portales de agujero de gusano artificiales fijados sobre la superficie planal. La forma más simple de verlo es un objeto en forma de cubo, en el que en cada cara hubiera un agujero de gusano que conectara con la cara opuesta, la parte interna con la parte interna, y la externa con la externa. La energía en el interior de esta masa no dejaría de emitir gravitones, que, incapaces de salir de la misma, se irían condensando en el lugar, mientras que en el exterior tendríamos una "perturbación espacial sin masa", no afectada por la gravedad. Hasta que, finalmente, en el interior de esa estructura hubiera tantos gravitones que colapsara en un agujero negro, arrasando toda la estructura.
Eso evolucionó en una especia de planetas-portales construidos en una era ignota, lugares en los que la gravedad estaba distorsionada y salía "en chorros" concentrados en las partes del planeta sin portales, un universo solitario y una explicación para la Paradoja de Fermi
Desde mi punto de vista un agujero negro simplemente es un cuerpo cuya densidad provoca que la velocidad de escape en su superficie sea superior a c, vaya que solo es necesario alcanzar esa densidad para producir un agujero negro, no es necesario hacer malabares con gravitones.
Personalmente no creo en los agujeros de gusano, aunque reconozco que dan juego en el contexto de ficción científica
Gracias, pero no le daría utilidad.
el día que llegue pero, algunas personas se tendrán que comer sus palabras y según los panfletos algo más
ánimos
trollsblack holes!Además si tienes un agujero negro en la vecindad no es razonable aumentar su diámetro ni un milímetro añadiéndole masa. Hasta un aumento despreciable puede acabar generando un efecto avalancha.