El ex ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, mostró su decepción al conocer los cables filtrados por Wikileaks sobre su Ministerio. En ellos se desvela que su 'contrincante' Trinidad Jiménez y colaboradores habrían facilitado a EEUU información sensible fuera de la estrategia de Moratinos. "Ya sabía yo que estaba rodeado de traidores dentro del ministerio", declaró Moratinos a un amigo, tras conocer el contenido de las filtraciones, en particular las relacionadas con Iberoamérica...
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PD: "Al parecer, la sucesora de Moratinos en Exteriores y sus colaboradores habría enviado información a EEUU en contra de la política de actuación de Moratinos."
Y cómo definirá a su "amigo" Moratinos?
Fin de la discusión.
Si Zapatero tuviera lo que hay que tener cesaría a Trinidad Jimenez (parece que solo tiene lo que hay que tener cuando se trata de recortes sociales, en el resto de casos no).
Jaja, esa reacción es un clásico cuando uno lee los cables de wikileaks. Estoy esperando ansiosamente el "Ya sabía yo que lo de las torres gemelas..."
Es como Morán pero más llorica.
dejaron hacer. Al menos en su biografía de Wikipedia dice que es
"diplomático". No se si es bueno o es malo, pero suena bien
y parece que preparación para el puesto no le faltaba,
es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Ángel_Moratinos
¿el que traiciona a un traidor tiene cien años de perdón?
Debería detectarse en el cuerpo de las noticias "OJO CONFIDENCIAL", o que las autodescartase, o algo. La mayor parte son mentira y lo sabemos.
Subir arriba cuesta mucho y hay gente sin escrúpulos capaz de vender hasta a su madre, con tal de un sillón ministerial o un puesto de confianza.
Moratinos, al menos en cuanto a respeto y no injerencia, ha sido de lo menos impresentable como ministro de exteriores, sobre todo en relación a Sudamérica. Trinidad tiene un largo historial como brazo ejecutor de las políticas del Departamento de Estado Norteamericano en su "patio trasero".
«...y un ciudadano de la mesa de al lado escuchó al exministro, con los bigotes blancos de espuma de cerveza, murmurar: ¡qué hijos de puta!...»