Un blogger recibe una carta con un formulario con colores similares a los usados por Telefónica. En principio se le presenta como un registro gratuito de su página web en una especie de directorio, pero luego le piden una firma o sello "legalmente vinculante" para corregir un supuesto error en la redacción del nombre su web. En la letra pequeña descubre que eso en realidad es un contrato, y que le pretenden cobrar casi 1000 € por aparecer en ese directorio. Un timo en toda regla.
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