Se cuenta el problema de la masiva afluencia de jubilados ingleses a la costa mediterránea española. Debido a su edad, utilizan mucho los servicios hospitalarios, pero no se empadronan en sus lugares de residencia, por lo que se les considera ciudadanos invisibles. Además, sólo un puñado de ellos hablan castellano. Ahora los médicos de la zona han avisado que no les atenderán a no ser que vengan con un intérprete, con el fin de evitar diagnósticos erróneos y se reclaman 40 millones de libras anuales al gobierno británico. En inglés.
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