Es importante destacar que la magnitud de la agresividad durante los arrebatos es desproporcionada en relación al factor desencadenante o a la provocación (por ejemplo, insultar de forma desproporcionada y con un tono amenazante por no recibir la paga semanal de 10 euros). Además, dichos arrebatos no son premeditados, es decir, son totalmente impulsivos, y tampoco persiguen ningún objetivo tangible.
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etiquetas: psicología , trastorno
Claro, lo que importa es quién establece lo que es proporcional o no lo es. Y eso es una pura y simple cuestión de poder.
Siguiendo el ejemplo que ponen en el texto si alguien no recibe esos 10 euros con los que seguramente contaba y a los que entiende tiene derecho lo que espera el poder es que te calles, te jodas y te aguantes. Y a partir de ahí empieza la desproporción. Pero la frustación ha de salir por alguna parte.
aquí la impulsividad es la desencadenante del arrebato agresivo.
No, en absoluto, la impulsividad es el vehículo, el desencadenante es otro.
Pero es normal que no se quieran referir al auténtico desencadenante, que está por definición fuera del individuo, porque entonces ya no podrían hablar de una enfermedad a tratar y quedaría revelado que el problema real, en su origen, está muy lejos del ámbito médico.
¿Son ustedes doctores o estabuladores?
Cabría reflexionar sobre si en algunos ámbitos lo que se hace es medicina o es sólo apuntalar el orden social de explotación presente, ya sea desde una bata blanca o desde una toga negra.
Si lo que se quiere hacer es convertir la frustración ante la injusticia y sus consecuencias en cuadro clínico y solucionarlo con medicacion es que ya estamos una paso más cerca del Soma que describió Huxley en Un mundo feliz. Buen provecho.
Antes de cumplir los 20 empezo a ir al psiquiatra y le diagnosticaron un problema de control de impulsos. Estuvo una temporada tomando medicacion y yendo a distintos tratamientos y dejo de pasarle. Volvio a estudiar y ahora lo veo de vez en cuando, es un tio normal aunque sigue teniendo ataques de mal humor pero no insulta ni agrede y lleva una vida normal. Algo habia en su cabeza que no reaccionaba como los demas y algo hicieron los tratamientos que pudo controlarlo.
Y ahora si quieres hablamos del (im)paciente.
Aunque parece que ya está tan acostumbrado a vivir entre la mierda como todo el resto que ya no molesta. Caso cerrado.
El diagnóstico de tu colega es "corrupción"