Nueve de las víctimas de los disparos del fin de semana fueron menores, una tendencia preocupante de niños asesinados a tiros en Chicago. Una niña de 7 años fue asesinada durante el fin de semana de vacaciones. Natalie Wallace estaba jugando en una acera fuera de la casa de su abuela alrededor de las 7 p.m. del sábado en el barrio de Austin de la ciudad, cuando tres hombres se bajaron de un coche y dispararon más de 20 balas en dirección a la fiesta familiar del 4 de julio, en la que había niños presentes. (Tr. en comentarios)
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Nueve de las víctimas de los disparos del fin de semana fueron menores, una tendencia preocupante de niños asesinados a tiros en Chicago. Una niña de 7 años fue asesinada durante el fin de semana de vacaciones. Natalie Wallace estaba jugando en una acera fuera de la casa de su abuela alrededor de las 7 p.m. del sábado en el barrio de Austin de la ciudad, cuando tres hombres se bajaron de un coche y dispararon más de 20 balas en dirección a la fiesta familiar del 4 de julio, en la que había niños presentes. La niña de 7 años recibió un disparo en la frente y fue declarado muerto en el Hospital Stroger del Condado de Cook.
"Esta noche, una niña de 7 años de Austin se unió a una lista de adolescentes y niños cuyas esperanzas y sueños se acabaron por el cañón de una pistola", dijo la alcaldesa Lori Lightfoot en Twitter. "No podemos entumecernos ante esto. Estamos progresando en la reducción de tiroteos, pero tenemos que hacerlo mejor, cada uno de nosotros".
Un niño de 14 años fue asesinado a tiros en el barrio Englewood de Chicago en el South Side. En el ataque, que tuvo lugar en una gran reunión, mataron a cuatro personas e hirieron a otras cuatro, entre ellas un niño de 11 años y otro de 15.
Esta es la tercera semana consecutiva en la que un niño murió por violencia con armas de fuego en Chicago. En las dos semanas anteriores al fin de semana del 4 de julio, siete niños menores de 18 años fueron asesinados en Chicago.
Un niño de 20 meses, Sincere Gastón, fue asesinado el pasado fin de semana tras ser alcanzado por una bala perdida mientras viajaba en un coche con su madre. "No tengo vida", dijo Yasmine Miller, la madre del niño. "Ese era mi mundo. Vinieron y se llevaron un pedazo de nosotros. Nos rompieron. Me robaron a mi bebé".
La abuela del bebé dijo que la muerte del niño llega casi seis años después del día en que uno de sus hijos fue asesinado por la violencia de las armas. "Tener que hacer esto otra vez y ver a mi bebé caminar con los zapatos que tenía", dijo Eve Binion. "Despertarse cada día y empujarse a sí mismo para seguir moviéndose. Ya es suficiente".
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La comunidad negra debería responder con la misma energía contra la violencia 'black on black', alguien tiene que asumir responsabilidad.
No todo es culpa de la constitución, basta con ver como progresan otros grupos étnicos.
El problema de BLM es casi en su totalidad culpa del 'stablishment blanco'. Pero en este caso, las bolsas de pobreza y marginación que degeneran en enormes índices de violencia, deberían tener también un elemento de autocrítica.
Y esta marginalidad social es muy racial, y se ceba con la comunidad negra.