Con grandes diferencias a lo largo del continente, zonas del sur de Europa como España afrontaron hasta diez días de "estrés térmico extremo" que guarda relación con el aumento en un 20% de la mortalidad que se registra desde hace 20 años la región europea. De cara al próximo verano, la previsión es que no será tan caluroso, a pesar de que los registros sobre la temperatura en el primer trimestre del año muestran que enero, febrero y marzo fueron más cálidos desde que hay registros.