Mucho más de la mitad de las personas con obesidad (entre un 57% y un 81%) tienen trastornos alimentarios que incluyen la "adicción a la comida". La evidencia reciente ha propuesto similitudes neurobiológicas y de comportamiento entre la dependencia de sustancias y el consumo excesivo de alimentos altamente procesados. Esa conexión es una de las principales causas que desencadena la obesidad y los trastornos alimentarios. La dopamina es un canal de recompensa que se activa tanto con alimentos como con sustancias psicoactivas. Cuanto más gratificante sea el alimento o la droga, mayor será la liberación de dopamina. Las personas con obesidad, así como las drogodependientes, tienen reducido significativamente los niveles de los receptores de dopamina debido al sobreuso.