Hasta ahora, el objetivo del sistema sanitario ha sido aumentar la longevidad de los ciudadanos «a base de operar y forrar a pastillas a las personas». Es decir, que no está previsto para prevenir enfermedades, sino para curarlas.
En ese contexto, la industria farmacéutica «no ha innovado» y se ha dedicado a fabricar medicamentos, «producir químicos». Ahora, sin embargo, con la aparición de tecnología más barata, pequeña y rápida que la de antes, hay un cambio de tendencia...