Hace 400.000 años, repetidos episodios de aumento de las precipitaciones transformaron Arabia en una exuberante región que favoreció las primeras migraciones desde África a Eurasia. Las pruebas se han encontrado en el desierto de Nefud (Arabia Saudí), en yacimientos arqueológicos que en el Pleistoceno albergaron grandes lagos originados por intensos episodios de lluvias. Los hallazgos, detallados hoy en un artículo en la revista Nature, confirman que Arabia, situada entre África y Asia, fue un cruce de caminos para muchas poblaciones humanas...