Nuestro cerebro puede, sin duda, producir experiencias que superan la ficción. Algunas personas, por ejemplo, son capaces de «ver» diminutas personas, como personajes creados por Jonathan Swift. Para algunos quizá sea entretenido, para otros es escalofriante, pero para la ciencia es uno de los más grandes misterios sin resolver. Fue a inicios de 1900 que el psiquiatra francés Raoul Leroy se interesó por el avistamiento de seres «liliputenses«. Desde entonces pocos investigadores han intentado averiguar qué hay detrás de esas alucinaciones.