Seis investigadores estadounidenses decidieron llevar a cabo una revisión sistemática de la evidencia generada en torno a los efectos del uso de la tecnología en la enseñanza de las matemáticas, centrándose, por un lado, en los resultados del alumnado y, por otro lado, en su interés y su actitud hacia estas. Los efectos del uso de la tecnología sobre el rendimiento del alumnado, así como en su actitud hacia estas, son prácticamente nulos.