Los efectos de la disponibilidad de la comida se han estudiado en numerosos trabajos, manipulando la dieta mediante la restricción calórica o el ayuno intermitente. Se ha encontrado evidencia de que ambas tienen importantes beneficios sobre la salud, aumentando la esperanza de vida y mejorando notablemente la calidad de la misma, tanto en humanos como en modelos animales. Además, sabemos que las dietas restrictivas mejoran las funciones cognitivas, como la memoria y el aprendizaje, y protegen de su deterioro durante la vejez.