La curación no es un acto médico, es un proceso biológico que se desarrolla de forma armónica y equilibrada, en homeostasis, como decían los médicos antiguos, es decir, en armonía con la naturaleza, con el cosmos y con los seres humanos. La capacidad de autocuración está en nosotros, nuestras heridas se cicatrizan solas, se cierran de adentro hacia fuera. Es nuestra propia naturaleza la que nos cura, por eso tenemos que cuidar la naturaleza, la interior y la exterior.