La generosidad de las aves ha intrigado a los científicos animales. Una cosa es pasarle un pedazo de comida a un compañero; otra es darles la moneda para comprarlo. Durante mucho tiempo se pensó que tales actos de caridad estaban restringidos a primates como humanos, orangutanes y bonobos. Se creía que pocos mamíferos, si es que había alguno, eran capaces de hacerlo, y mucho menos una criatura con cerebro de pájaro.