Cada año más de 1.150.000 patos y gansos son sometidos a la alimentación forzada en España para que sus hígados crezcan hasta diez veces su tamaño normal y obtener foie gras. Sólo con comparar las imágenes entre el estado de salud del hígado de un pato sano y uno utilizado por esta industria se te ponen los pelos de punta.