Hace una semana, todos los que no vivimos bajo una piedra pudimos contemplar en las noticias la incendiaria comparecencia de una activista sueca de dieciséis años llamada Greta Thunberg ante los mandatarios de la ONU en la cumbre sobre cambio climático. La adolescente, totalmente inflamada de justa ira e indignación, reprochaba a los asistentes su inactividad ante la hecatombe climatológica que sobreviene a éste, nuestro amado y hermoso planeta, el único hogar que tenemos y que vamos a tener por mucho tiempo. Su valentía y...