Una vez se concrete la salida del dictador de Cuelgamuros, en el mausoleo quedará otro cuerpo: José Antonio Primo de Rivera. Fue juzgado por el Gobierno de la República por sublevación, y fusilado el 20 de noviembre de 1936; enterrado en una fosa común de Alicante y exhumado y trasladado en 1939 al Monasterio de El Escorial. En 1959 fue el propio Franco el que le volvió a exhumar y enterrar en 1959 en el Valle de los Caídos, justo un día antes de su inauguración.
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