En los años 30, socavadas por el surco de la Gran Depresión norteamericana, miles de familias perdieron sus granjas. Una sequía bíblica, las deudas contraídas con unos bancos que imponían condiciones draconianas para conceder sus créditos, el hambre y los desahucios inmisericordes obligaron a unos trescientos mil granjeros a emigrar. Steinbeck no hablaba desde la barrera, se manchó las manos antes de escribir. Descubrió que el sueño americano lo es para unos pocos, a costa de otros muchos.
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Por cierto, en la ciudad natal de Steinbeck, Salinas, a donde se dirigían muchos de estos emigrantes, le amenazaron de muerte, le hicieron la vida imposible, tuvo que emigrar de allí, y quemaron públicamente con cierta asiduidad sus obras. Hoy, los descendientes de cuantos asentaron la desigualdad entre los hombres de aquellas tierras, construyeron un centro para honrar la memoria del escritor.
Como bonus: De ratones y hombres.
Pero se aprende taaaanto.
Lo tuvieron, pero no era el heroe que se merecian.
Cuidado con los heroes!!
#10 ¿La sequía bíblica fue obra del capitalismo también?
Se regalaron tierras a gente que no sabía cultivar, se plantaron cultivos equivocados, se planeo con medias de precipitaciones que habian sido excepcionales y no habituales, se practicaron metodos agricolas que arruinaron los terrenos... Una serie de errores terribles.
Es fuerte como el ser humano empatiza tan poco con la gente que sufre y emigra con nada mas que los que lleva encima.
La sequía afectó a los pequeños granjeros que tenían préstamos con los bancos locales con sus granjas como colateral (en muchos casos el valor de la granja y las tierras era mucho mayor que el del préstamo por lo que era un negocio redondo para los bancos). Los bancos ejecutaron los préstamos y se quedaron con la granja echando a la calle a familias que podían llevar allí varias generaciones. De un día para otro se quedaron sin dinero y sin hogar. Los grandes terratenientes y los bancos salieron beneficiados.
Un jefe que tuve hace algunos años todavía me contaba la experiencia vivida en su familia y cómo la memoria había pasado de generación en generación
Siento haber sido grosero, no suele ser mi estilo. Creo que mejor me voy a dormir antes de que la cague más
Una lástima la historia de la sequía. Quizás con los años se hablará de la pandemia en los mismos términos sobre las miles de personas que perdieron sus negocios y su empleo por un virus.
¿Cómo se puede asustar a un hombre que no solo carga con el hambre de su vientre sino también con el de sus pobres hijos? No se le puede atemorizar porque este hombre ha conocido un miedo superior a cualquier otro.
La salud de los capitalismos es pastorear a un proletariado sin hijos, dividido por trivialidades "culturales" y con temores de diseño bancario.
Y en esa fase estamos.
Tenía que hacer muchos esfuerzos para mostrarme responsable y apagar el aparato.
PS. Por aquí tenemos a alguien que trabajó con él.