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La curiosidad no mató al gato, lo hizo más sabio

El principio de curiosidad está profundamente arraigado en el cerebro. Bien es cierto que también aparece en muchos animales, sin embargo, en el ser humano este instinto es mucho más poderoso y sofisticado. Esto se debe a nuestra selección natural, puesto que este mecanismo nos permite dar con nuevos recursos para adaptarnos a cualquier circunstancia y salir airoso de ella.

| etiquetas: neurociencia , curiosidad , cerebro , mente humana
He ahí porque la curiosidad mató al gato, pero la satisfacción le resucitó.
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