Científicos del NOAA han desarrollado un nuevo modelo climático de alta resolución que muestra que la disminución a largo plazo del sudoeste de Australia en otoño y las lluvias de invierno es causada por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el hombre y el agotamiento del ozono, según un estudio publicado hoy en la revista Nature Geoscience. Traducción en
#1 
Científicos del NOAA han desarrollado un nuevo modelo climático de alta resolución que muestra que la disminución a largo plazo del sudoeste de Australia en otoño y las lluvias de invierno es causada por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el hombre y el agotamiento del ozono, según un estudio publicado hoy en la revista Nature Geoscience.
"Este nuevo modelo climático de alta resolución es capaz de simular la precipitación a escala regional con una mejora considerable de la precisión en comparación con los modelos de generaciones anteriores", dijo Tom Delworth, un científico de investigación en Dinámica de Fluidos Geofísicos Laboratory de la NOAA en Princeton, Nueva Jersey, que ayudó a desarrollar el nuevo modelo y es co-autor del artículo. "Este modelo es un gran paso adelante en nuestro esfuerzo por mejorar la predicción del cambio climático regional, con especial participación de los recursos hídricos".
Investigadores de la NOAA realizaron varias simulaciones del clima utilizando este modelo climático global para estudiar los cambios a largo plazo en las lluvias en varias regiones de todo el mundo. Una de las señales más notables del cambio surgido en Australia, donde una disminución a largo plazo en el otoño y las lluvias de invierno se ha observado en partes del sur de Australia. Simulando controladores climáticos naturales y artificiales, los científicos mostraron que la disminución de la precipitación es principalmente una respuesta a los aumentos artificiales en gases de efecto invernadero, así como el adelgazamiento de la capa de ozono causada por las emisiones de aerosoles artificiales. Varias causas naturales se pusieron a prueba con el modelo, incluyendo las erupciones volcánicas y los cambios en la radiación del sol. Pero ninguno de estos controladores naturales del clima reprodujo la sequía de larga duración observada, lo que indica que esta tendencia se debe a la actividad humana.
Disminución del sur de Australia en la precipitación comenzó alrededor de 1970 y se ha incrementado en las últimas cuatro décadas. El modelo proyecta un continuo descenso de las lluvias de invierno en todo el resto del siglo 21, con importantes consecuencias para los recursos hídricos regionales. El secado es más severa en el suroeste de Australia, donde el modelo pronostica un descenso del 40 por ciento en el promedio de lluvias a finales del siglo 21.
"La predicción de posibles cambios futuros en los recursos hídricos, como la sequía, son un reto social inmenso", dijo Delworth. "Este nuevo modelo climático nos ayudará con mayor precisión y rapidez proporcionar a los planificadores de recursos con la inteligencia ambiental a nivel regional. El estudio de la sequía en Australia ayuda a validar este nuevo modelo, y por lo tanto aumenta la confianza en este modelo para los estudios en curso de la sequía en América del Norte. "