edición general
  1. @belfasus Hay más gente que piensa lo mismo:

    "Mi sensación a todo el caso Rubiales sigue siendo que más que el acto en si, lo que detonó la furia de las jugadoras fue el acto del viernes.

    Si Rubiales hubiera dimitido o incluso mínimamente hubiera pedido perdón a Jenni y a las jugadoras, todo lo posterior no hubiera existido.

    Ni el hashtag, ni la denuncia del sindicato, ni nada.

    Lo que ha cabreado es que Rubiales acusara a Jenni de hacer cosas que no hizo para autodefenderse y es algo que no se debería consentir."


    twitter.com/comuflauta/status/1696619417906327917

    @Malversan @gnomolesten @dogday @Patxi_
  1. @Wayfarer @belfasus @Malversan @gnomolesten @dogday @Patxi_ O sea, que ponga su sueldazo por encima de la jugadora, las jugadoras y de todo un país.
  2. @WayfarerSi Rubiales hubiera dimitido o incluso mínimamente hubiera pedido perdón a Jenni y a las jugadoras, todo lo posterior no hubiera existido”.

    Eso no se le cree ni dios. Llevamos años viendo cómo las turbas enfurecidas de los medios y las redes sociales actúan como si les echaran un bidón de gasolina cuando el linchado de turno admite su culpabilidad. Para lo único que sirve eso es para que los exaltados reconfirmen y redoblen sus ataques.

    Con el resto del tuit estoy bastante de acuerdo. Pero también juega el miedo de no comulgar con la política imperante. Porque como a alguna de las chicas se le ocurra volver a reír o volver restar importancia al tema (como ya hicieron), se la cargan junto con el calvo.
  3. @Wayfarer @Malversan @gnomolesten @dogday @Patxi_

    Tal cual.

    El acto en si fue una gilipollez, recuerdo verlo y pensar, hostia, otra Rubialada más, menudo tonto el higo. Y ya.
    Pero lo que vino luego, sobre todo el discurso de la EFEF, que es para escucharlo varias veces, es el equivalente a mearse en tu cara y encima pedir que pagues la cuenta. Es el mayor efecto rebote que he visto en mucho tiempo.
    Y ahi es cuando las jugadoras se ponen en pie de guerra. Y hombre, normal ¿eh?

menéame