13 Rue del Hinojo

El viernes decidí no repetir mi camino más habitual saliendo del trabajo y utilizar uno de los alternativos. En esta ocasión bajé caminando a la vera del rio Ripoll, que es un afluente del Besós, con un recorrido desde su nacimiento en Sant Llorenç de Savall hasta fundirse en el Besós a la altura de Montcada y Reixac de unos 39 kilómetros. Es un río que baja con una pizquita de agua, vamos que puedes cruzarlo sin mojarte llevando unas simples botas de agua pero, que ha provocado varias devastaciones. De hecho es el río en España que más muertes ha provocado (no fue únicamente el Ripoll, también el Arenas y la parte baja del propio Besós). Transcurre por el Vallés, y pasa por una serie de poblaciones industriales. En los años del desarrollismo, los cincuenta y sesenta, crecieron todas esas poblaciones y se construyó muy cerca del rio, casi al lado del mismo cauce, total era unos rios muy chiquitos. Pues bien, el 25 de septiembre de 1962 una lluvias torrenciales hicieron crecer los cauces del Ripoll, el Arenes y la parte baja del Besós de manera espectacular y las aguas arrasaron con barrios enteros. Murieron más de mil personas, siendo la catástrofe natural con más víctimas de la era moderna de España.

Vuelvo al tema, que me lio. El viernes tarde decidí bajar por el camino que han hecho junto al rio y fue, desde el punto de vista de mi afición, un verdadero acierto. Bordeando el camino crecían diversas plantas, pero especialmente el hinojo, que es una planta que florece en verano, estaba en pleno apogeo.

Este es el Hinojo (Foeniculum vulgare) , yo de pequeño lo llamaba anisete porque su tallo sabe anís y cuando paseaba con mi abuelo por la montaña muchas veces cortaba un trozo de tallo y lo iba royendo, como si fuera un palo de regaliz, por el camino. De hecho el hinojo tiene, por su sabor anisado, bastante uso en la gastronomía mediterránea.

En otras zonas por las que camino el hinojo está en flor pero, supongo que por tener un menor acceso al agua, no con ese color amarillo tan intenso. Pues bien, la flor de hinojo atrae, al menos esa es mi experiencia, sobre todo a las avispas papeleras (tanto la europea como la francesa) y cuando ya comienza a secarse su tallo queda invadido por los caracoles. Pues el viernes, además de a las papeleras, esa flor de hinojo, de ese amarillo tan intenso, atraía a un montón de insectos, algunos de los cuales pude fotografiar con algo de gracia, otros sin ella y otros muchos se escaparon de mí cámara. Vamos pues, a centrar la jornada del viernes en los insectos que se alimentaban del hinojo.

Aquí tenemos a su visitante principal, creo que en este caso se trata de la papelera europea (pero bien pudiera ser la francesa, son muy parecidas y yo no acabo de aprender como distinguirlas). Es la avispa típica en la zona mediterránea, la avispa que asusta normalmente a la gente que se pone a mover los brazos como locos y a gritar "una avispa, una avispa". Yo me he acercado con la cámara a menos de dos centímetros y sí esta floreando no es nada peligrosa. Se vuelve peligrosa precisamente si te pones a mover los brazos como una energúmeno cuando tienes una cerca. Bueno, también se vuelve peligrosa si te acercas mucho a un nido, ahí están en modo guardia y no es extraño que te ataquen. Cuando lo hacen además, desprenden unas feromonas que excitan al resto del avispero y salen entonces todas a por ti. Yo es el único bicho del que me he llevado una picada mientras fotografiaba de muy cerca uno de los avisperos. Pero fue culpa mía.

Ésta creo que es una abeja de la hiedra (Colletes hederae), en todo caso estoy casi seguro que pertenece al género Colletes. Hay 469 especies identificadas de colletes y se calcula que en total habrá más de 700 especies de este género (quedan un montón por identificar). En castellano se las llama, al género, abejas del celofán, porque construyen sus nidos en el suelo, en la tierra y los envuelven en una secreción parecida al celofan. Son abejas solitarias (hay muchas abejas solitarias aunque en nuestro imaginario a la abeja la asociamos con un panal). La coletes hederae es de las más comunes dentro de su especie.

Estas fotos me quedaron todas movidas, pero las subí porque se ve claramente que se trata de una vespa velutina, el famoso avispón asiático, del que últimamente tanto de habla. Se trata de un bichardo de un tamaño descomunal (para ser una avispa). Ellas se alimentan de flores pero sus larvas comen otros insectos por lo que se pasan parte del día cazando a otros insectos (entre ellos avispas y abejas) para alimentar a su prole. Estas si que crean unos avisperos enormes y se suelen eliminar si se localiza su nido. Al ser más grandes, si te pican, (si estás cerca de su nido y te perciben como una amenaza o si te pones a hacer el molinillo si ves una de ellas), te inoculan mayor cantidad de veneno y su picada pues te duele más.

Esta belleza pudiera ser una Ancistrocerus gazella una especie de avispa de la familia de las avispas Alfareras y Albañiles. Se las llama así porque la mayoría de las especies de esta familia construyen su nido utilizando barro.

Ésta otra pertenece a la Familia Pompilidae o Avispas caza arañasSe las llama así porque cazan arañas para alimentar a sus larvas. Sólo pude tomarle una foto y la identificación sólo ha llegado hasta la familia.

A ésta preciosidad yo la he identificado como una Gasteruption jaculator, un miembro de Abejas y Avispas de cinturita. Se las llama así por la presencia de una estrecha cintura que separa los dos primeros segmentos del abdomen.

Con toda seguridad se trata de una Chinche Rojinegra Europea Graphosoma italicum , un tipo de escarabajo. El caparazon superior forma rayas negras y rojas, como la camiseta del Milan.

Otra abeja del género Colletes, una abeja del Celofan, sin atreverme a especificar de que especie se trata.

Una abeja del subgénero de las Abejas de cara amarilla, si natreverme a especificar más allá.

Una chinche asesina norteamericana , que acabó sobre mi dedo. El viento es mi mayor enemigo a la hora de tomar fotos con el macro del móvil así que muchas veces acabo sujentando a la planta por el tallo con una mano mientras intento tomar fotos con la otra. A veces los bichos se mudan a mi mano.

Creo que aquí estaríamos ante una Bembecinus tridens una especie de Avispa de arena. Se las llama así porque excavan sus nidos en la arena.

Acabamos con una Cryptocheilus fabricii Pertenece a las avispas y abejas de cinturita, dentro de ella a la Familia de las Avispas Caza Arañas (Familia Pompilidae) y a la tribu de las Avispas caza tarántulas (Tribu Pepsini). Y sí, se llaman así porque preferiblemente cazan tarántulas para alimentar a sus larvas. Me hace especial ilusión porque ésta es la 33 observación de esta especie de abeja y ya sabéis, cuando hay pocas observadas la alegría es doble.

Y con esto doy por finalizada la serie sobre los beneficiados el pasado viernes por la flores de los hinojos que crecían a la vera del rio Ripoll.

PD: Por cierto, el hinojo es na única especie, y no 2500 como los putos cardos.