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El avance de AfD en Alemania, visto a pie de calle

El partido ultraderechista Alternativ für Deutschland ha ganado por primera vez unas elecciones de distrito y ha sido en Sonneberg, Turingia, bastante cerca de por donde ando frecuentemente. Por supuesto, uno viene a Menéame y lee comentarios sobre lo fácil que cala la propaganda ultraderechista, lo gilipollas que es la gente que se traga esas píldoras, y la pedazo de hostia que nos vamos a dar si no se controla el contenido de las redes sociales.

Pero el caso es que si andas por allí, descubres que la gente sigue siendo la misma que siempre, y que su voto tiene más que ver con argumentos del día a día que con pulsiones nacionalistas.

Sucede que el Gobierno Federal, formado por una coalición de socialistas, excomunistas y verdes, está sacando leyes para obligar a que se cambien todas las calefacciones hacia la bomba de calor, eliminando las calderas de gas y las de gasóleo.

Sucede que Alemania, a pesar de sus esfuerzos con las renovables, es terriblemente deficitaria en electricidad, y esto la haría aún más deficitaria. Por no hablar, que sería largo, de la interconexión de sus redes. Eso da para otro artículo.

Sucede que el precio del recibo de la luz es acojonante por allí, y eso que a día de hoy hay una parte subvencionada. Hoy, con subvención, el KW está a 41 céntimos. El litro de gasóleo para calefacción está a casi 1 €.

Sucede que han cerrado las centrales nucleares que les quedaban, acentuando aún más la escasez y el problema de precio. Y eso antes de instalar las obligatorias aerotermias, que supondrían un gigantesco aumento de la demanda en un país de 85 millones de habitantes.

Sucede que aunque pidas aerotermia, pueden tardarte meses en instalártela, proque la disponibilidad de aparatos es muy baja. Pero muy baja, y eso lo sé de primerísima mano. Y resulta que no hay instaladores. Y resulta que muchas casas no están preparadas para ello, por su estructura, por su aislamiento, por su instalación eléctrica, o por mil motivos. Y resulta que todos sabemos (algunos quizás no) lo que pasa con la aerotermia a temperaturas de -5ºC, más que habituales por allí en invierno. Porque aquí, y hablo de León, la aerotermia puede dar un rendimiento malo unos diez días al año, pero allí podrían ser ochenta o noventa días al año.

Sucede que la gente está muy preocupada con ese tema, pero muchísimo, porque este invierno, que fue suave, hubo gente que pasó frío debido al precio del gas y del gasóleo.

Y sucede que el AfD, con ser unos energúmenos, propone una moratoria para todas estas leyes de la calefacción, para dar tiempo a la gente a respirar, y que se puedan instalar en un plazo más largo. Porque la media de coste por hogar es de unos 40.000€. Y la gente no tiene, así, en general, 40.000€ para ese tema.

Pues ya lo veis: sólo con el tema de la calefacción, que es un tema MUY importante allí, quizás AfD ha arañado un 15% o un 20% de votos. Y no es el único tema jodido. Ya hablaremos de lo que pasa con la vivienda, si os parece.

O sea que la cosa no va tanto de consignas, eslóganes, mentiras en la red y propaganda, como de temas muy muy cotidianos donde la izquierda parece, por aquellos lares, vivir en los mundos de Yuppy.

El problema de la izquierda alemana es que se ha encerrado en una especie de bucle ético en el que aplauden todo lo que sea mono, cuqui y ecológico, sin calcular en serio el esfuerzo que eso supone a sus votantes. Y cuidado, que la estructuura demográfica de Alemania no es la española: allí son 85 millones de habitantes, en un país más pequeño que el nuestro, y con sólo tres ciudades por encima del millón de habitantes. A lo mejor hay 40 millones de alemanes viviendo en ciudades de menos de 50.000 habitantes. A lo mejor hay 60 millones de alemanes que no viven en pisos, sino en casas.

Para toda esa gente, el tema de la calefacción no es cualquier cosa. El tema de la movilidad, no es cualquier cosa. El tema de la vivienda no es cualquier cosa.

Y si AFD propone dar una moratoria a las calefacciones y dar una moratoria a los coches viejos, pues bueno: pasa lo que pasa. Y no es culpa de las redes sociales. En serio. No lo es.