Las complicaciones en la cerámica castellonense continúan con la parada de hornos y la tramitación de ERES, ERTES y concursos de acreedores. Y es que el precio del gas ahoga a esta industria intensiva que depende totalmente de este tipo de energía. El problema afecta no solo a los fabricantes de cerámica y baldosas, sino también a las esmalteras y fábricas de fritas. Un problema que a lo largo del año ya ha llevado a tener a la mitad de sus 17.000 trabajadores parados, ya que desde que empezó 2022 se han activado 8.600 ERTES
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