Fue en aquellos años que emigró de Reino Unido a Toronto, Canadá. Antes había crecido en la pobreza en la posguerra de Manchester y superó una educación limitada para acabar asistiendo a una escuela de arte. Finalmente, se convirtió en el inventor del parque de juegos moderno, diseñando atracciones como la piscina de pelotas y la red de cuerdas para escalar. Su revolución sucedió en Ontario Place, un impresionante y ambicioso proyecto construido en el puerto de la ciudad a comienzos de los 70 con una gran sala de conciertos, restaurantes...
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