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¡Inocente, inocente, inocente!

Yo creo que el verdadero delito del presidente de la Comunidad valenciana, Franciso Camps, es su relajamiento moral en el cargo. No creo que en la aceptación de los trajes fuese consciente del delito de cohecho. Es algo muchísimo más grave: hacer y deshacer a su antojo, cual virrey de las Indias valencianas. Es el ambiente generado de impunidad tanto para él como para sus colaboradores. Es algo mucho más profundo que la peculiaridad festiva de un delito, es la concepción de un sistema corrupto de gobierno,

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