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Los monopolios lo quieren todo. Ahora toca devorar a los taxistas

el desarrollo del capitalismo monopolista, el imperialismo, no sólo implica la agudización de la explotación de la clase obrera, de la generación superlativa de desigualdad y de miseria entre las clases populares, sino que también arruina y arroja a la cuneta al pequeño burgués, al autónomo.

Desde la pasada semana los taxistas de Barcelona se encuentran en huelga indefinida, huelga que se ha ido extendiendo a lo largo y ancho de la geografía española, de tal modo que a ésta se han unido taxistas de Madrid, Valencia o Sevilla.

Aunque el conflicto viene de largo, el detonante para el desarrollo de esta huelga fue la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de mantener la suspensión cautelar del reglamento del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que restringía la actividad de las compañías VTC, como Uber y Cabify en la ciudad de Barcelona y su anillo metropolitano, y que pretendía garantizar el cumplimiento de la tasa de 30 de licencias de taxi por cada una de VTC. El TSJC ha determinado que dicha administración metropolitana carece de competencia para adoptar esas decisiones.

Dicha suspensión provisional dictada por el TSJC en forma de auto, da la razón a los recursos interpuestos por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el Ministerio de Fomento y la Patronal del sector de la VTC Unauto contra el Reglamento realizado por el Área Metropolitana de Barcelona.

Los taxistas defienden el Reglamento del AMB para tratar de poner freno al creciente avance de los vehículos de transporte con chófer (VTC), como consecuencia del incremento de licencias que las empresas VTC están obteniendo en los Juzgados.

Como puede comprobarse, por un lado están los taxistas, un colectivo incluido en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos que, en todo caso, tienen de su parte a una institución que engloba a diversas corporaciones municipales y, por otro, tienen enfrente a una patronal que engloba a las empresas VTC, monopolios, apoyados abiertamente por el Estado, ya sea a través de su Ministerio de Fomento, de la CNMC – que está integrado dentro del Ministerio de Economía – o de la Judicatura.

Los taxistas se están manifestando, en la mayoría de los casos, por mantener un puesto de trabajo que les ha llevado a endeudarse para disponer de una licencia que le permite desarrollarlo. Señalan que las licencias a empresas VTC les lastra sus ingresos al ejercer sobre ellos una competencia desleal, advirtiendo de que esas empresas son una amenaza mortal para el sector del taxi.

Por otro lado, Uber y Cabify son monopolios internacionales. Detrás de estas empresas se encuentran entrelazados el imperialismo estadounidense, europeo, chino y japonés, de tal modo que detrás de Uber se encuentran SoftBank Group, Dragoneer Investsments Group, Sequoia Capital, JP Morgan, Japan Trustee Services Bank, etcétera, y detrás de Cabify aparecen BBVA, a través de Seaya Ventures y Rakuten Inc, entre otros.

En consecuencia, detrás del choque entre los taxistas y las empresas VTC, que es la manifestación o expresión del conflicto, lo que verdaderamente subyace es el conflicto real, que no es otro que el choque entre los monopolios y la pequeña burguesía – aquéllos que acumulan varias licencias de taxi – y el autónomo proletarizado, y es que el desarrollo del capitalismo monopolista, el imperialismo, no sólo implica la agudización de la explotación de la clase obrera, de la generación superlativa de desigualdad y de miseria entre las clases populares, sino que también arruina y arroja a la cuneta al pequeño burgués, al autónomo.

El conflicto muestra en toda su esencia el rostro del Capitalismo Monopolista de Estado, que es la fusión del Estado burgués con los monopolios. Esto es esencial para comprender el fallo del TSJC y, también, para comprender por qué la patronal de las VTC no ha ido sola, sino que tiene pleno apoyo, y ha ido de la mano del Estado burgués en el proceso, como son el Ministerio de Fomento y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que es un organismo público que forma parte del Ministerio de Economía.

Por más que en el día de ayer se reunieran con los taxistas los gerifaltes del Ministerio de Fomento, y les prometieran acceder a sus peticiones, el Estado burgués es un instrumento de las multinacionales, de los monopolios, para imponer sus intereses políticos y satisfacer sus intereses económicos, es decir, imponer su dictadura.

Lo que queda claro es que, con independencia de que cambie el gobierno o sus caras, los verdaderos dueños del Estado y del gobierno son las multinacionales, los bancos, en definitiva, los monopolios que no cambian como lo acreditan las manifestaciones de los miembros del gobierno del PSOE, los dirigentes del partido del gobierno hasta hace 2 meses, el PP, o el títere fascista de Albert Rivera culpando al “populismo” de Carmena y Colau. Sin embargo, Rivera, como buena criatura reaccionaria creada y aupada por los monopolios, es el que con más claridad de palabra -pues de hecho ya se ha expresado con la misma claridad el Estado a través del gobierno del PP y del PSOE- se manifiesta a favor de los monopolios, de las empresas VTC, apelando a dos aspectos esenciales:

  • A la centralidad del poder en el Estado burgués.
  • Al falso discurso de promover la competencia en aras del beneficio de los consumidores demandando al gobierno una ley nacional que regule esa “competencia de manera leal y en igualdad de condiciones”.

¿Acaso puede competir un autónomo con los monopolios norteamericanos, japoneses y europeos entrelazados? Es evidente que no.

El autodenominado “liberal” Rivera propone, en realidad, un ERE al taxi pagado por el Pueblo, abogando por un periodo donde se concedan compensaciones económicas a los taxistas para subsanar los perjuicios sobre sus ingresos o sus inversiones en las licencias como consecuencia del allanamiento del camino a los monopolios VTC, con el objetivo de satisfacer los intereses de Uber y Cabify, demostrando que no puede existir competencia; es más, demostrando que lo que realmente pide Rivera, como vocero de los monopolios, es una ley nacional que imponga el monopolio y liquide a los taxistas y que esta liquidación sea pagada por el pueblo.

Es cierto lo que dice Rivera, “¿Alguien piensa que esto se soluciona dejando que Colau o Carmena hagan su normativa o que cada comunidad haga lo que quiera? (…) esto no se arregla haciendo promesas populistas que sabe que son imposibles de cumplir o que van en contra de la regulación europea (…)”, dejando desnuda a Colau, firme defensora de la Unión Europea.

Rivera defiende abiertamente al sistema, defiende abiertamente a Cabify y Uber, defiende a los monopolios, y no duda en expresarlo y pide la máxima fortaleza del Estado para garantizar los intereses de estos; por ello apela a la centralidad del poder.

Señalaba Lenin en “La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla” que

el Capitalismo Monopolista de Estado es la preparación material más completa para el socialismo, su antesala, un peldaño de la escalera histórica entre el cual y el peldaño llamado socialismo no hay ningún peldaño intermedio

y este hecho nos lo muestra. Las contradicciones se exacerban, por un lado, cuando los Ayuntamientos y las Administraciones locales, incluso las autonómicas, tienen una visión contradictoria a la de la cúpula del Estado burgués, puesto que las primeras tratan de satisfacer los intereses de los taxistas. Por ello éstos demandan que se transfieran las competencias al respecto, fundamentalmente para mantener su parcela de poder, mientras que los segundos, por el contrario, están obligados a servir los intereses de los monopolios, puesto que están fusionados a ellos.

Rivera es mucho más honrado que Colau puesto que el primero no engaña y defiende abiertamente a los suyos que son los monopolios, a sus intereses y su represión. Sin embargo, Colau y demás oportunistas engañan al pueblo trabajador cuando le hacen albergar a éste falsas esperanzas de solución bajo este sistema cuando son plenamente conscientes de que lo único que puede ofrecer el Capitalismo Monopolista de Estado y las agrupaciones de estados imperialistas como la UE a la clase trabajadora, a los campesinos pobres, a los autónomos, a la pequeña burguesía, a los taxistas, es miseria, explotación y muerte.

La única salida que tienen los taxistas es conformar un Frente Único del Pueblo junto a la clase obrera y todos aquellos sectores sociales agredidos por el sistema, por el Estado, con el objetivo claro de salir de la Unión Europea, acabar con el Capitalismo Monopolista de Estado que les está negando su trabajo y su vida, y construir el socialismo y, con él, levantar un nuevo Estado al servicio de los trabajadores, de los que producimos los bienes materiales y los servicios necesarios para la vida.

El Estado está quebrado económicamente, al igual que el imperialismo, y se cierne el pinchazo de una nueva burbuja, la burbuja de la deuda que agudizará todavía más la crisis actual. Los monopolios necesitan agudizar la explotación, todavía más, para tratar de mantener su obtención de plusvalía, y para ello apuestan por el desarrollo tecnológico y, con él, mandar a un número mayor de trabajadores al paro, incluidos los que hoy defienden a los monopolios VTC, cuando éstos pongan vehículos sin chóferes. Cada día se suceden más huelgas, ha repuntado el número de huelgas, de horas perdidas por huelgas y de huelguistas en el último año y los conflictos cada día son más intensos. De hecho, estas luchas se producen con más intensidad allí donde no se encuentran los sindicatos subvencionados al servicio del Estado, de los monopolios, como son UGT y CCOO, que dividen, engañan y frenan a los trabajadores y sirven a los empresarios, siendo los máximos responsables de la situación lamentable en la que se encuentra el proletariado en nuestro país. Por ello, hacemos un llamamiento a los trabajadores a fortalecer el sindicalismo de clase y fortalecer los sindicatos de la Federación Sindical Mundial en el estado español.

El Partido Comunista Obrero Español (PCOE) traslada su solidaridad y apoyo a la lucha de los taxistas y les hacemos un llamamiento a la unidad con la clase obrera, con los campesinos, y con todos aquellos sectores maltratados por el capitalismo y su Estado, a construir un Frente Único del Pueblo que ponga fin al capitalismo y que abra el camino al socialismo y, con él, a la construcción de un estado al servicio de todos aquellos que producimos todo lo necesario para la vida.

¡TRABAJADOR, FORTALECE Y ENGROSA LAS FILAS DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL!

¡ABAJO EL ESTADO IMPERIALISTA ESPAÑOL!

¡POR EL SOCIALISMO!

Madrid, 31 de julio de 2018.

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)