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La granja del millón de pulpos: el dilema ético de criar en cautividad un animal “curioso y sofisticado”
A los pulpos les molesta la luz intensa. En algunos laboratorios han llegado a disparar chorros de agua contra las bombillas hasta provocar un cortocircuito eléctrico. Es uno de los comportamientos más llamativos descubierto hasta la fecha, pero no el único. También se les ha visto robar cámaras de vídeo a los científicos que les observan en sus hábitats naturales o interactuar con pequeños frascos flotando en su tanque, empujándolos con los brazos y lanzándoles agua para moverlos contra la corriente, como si estuvieran jugando.
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De hecho, el dilema me parece bien plantearlo y necesario, pero como tu dices entre la comida, el entretenimiento, las "necesidades" de la ciencia y los estudios para elementos que acaban en productos comerciales... pues la lista de seres con altas capacidades es larga y hay que revisarla con los mismos criterios. Creo que el elemento mínimo de discusión es, ¿es necesario mas allá del… » ver todo el comentario
De todas maneras el pulpo al igual que el cerdo la gente se los come como si no hubiera un mañana, me extrañará que veamos el dia que prohiban comérselos por simplemente temas éticos, ni aunque descubran que los pobres pueden resolver integrales. Esto solo lo cambia un Chtulhu cabreado y exigiendo venganza por sus parientes lejanos.
Al margen de eso, recomiendo el documental de Netflix Lo que el pulpo me enseñó.
Los pulpos son de sangre fría, deberían comer menos que un mamífero.
Y ya se crían peces como dorada y lubina que se alimenta de otros peces.