Un ámplio conocimiento de la realidad supone comprender que eso que llamamos felicidad o tristeza, alegría, frustración, excitación, placer, dolor, sufrimiento, etc., son simples modulaciones electroquímicas de nuestro cerebro evolutivo. El sistema neuroendocrino dictamina desde el mismo instante de la fecundación y la recombinación génica qué es lo que nos va a "gustar" y lo que "no nos va a gustar" hacer; lo que hará que nuestro cerebro chorree endorfinas y también las conductas que …