La laguna de La Albuera está situada en el entorno de Las Tablas de Daimiel y depende, casi más que ellas, de los aportes de agua subterránea para verla encharcada. En abril de 2013, tras casi treinta años sin hacerlo, se produjeron los primeros charcos producidos por descargas de agua subterránea en el lecho de la laguna. Ahora, el fenómeno vuelve a repetirse en el mismo punto que lo hacía el año pasado y con más agua.
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