En las playas de Bretaña, al noroeste de Francia, las algas verdes se acumulan durante el verano. Huelen mal, desfiguran las playas y aún peor, pueden matar. La ulva armoricana o lechuga de mar, cuando se decompone, desprende un gas, el hidrógeno sulfurado, que resulta mortal si se respira varios minutos. Según los científicos, la culpa cae en la agricultura intensiva. El origen del problema son mayoramente los abonos usados por los agricultores.
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