Aquelarre: Rol medieval patrio

Buenos días jugadores.

Volvemos a la carga (nunca mejor dicho) con esta serie de artículos sobre juegos de rol, de nuevo esto no pretende ser una review del juego, es el desvarío de turno de un veterano jugador con más de cuarto de siglo jugando a todo lo que le ha caído en sus manos. Así que no podía dejar pasar esta oportunidad para hablar de uno de mis juegos favoritos, ¿por qué es de los favoritos?, no tengo ni idea la verdad, posiblemente es la ambientación, cierto orgullo de que sea un producto 100% made in spain, que sin alejarse de la fantasía es muy realista, que me lo he pasado como un enano jugando con él o todo a la vez.

Si lo conoces, cuéntame tu experiencia, si no lo conoces, dale una oportunidad, si te gusta la historia, debes jugarlo

Aunque tiene la tira de años y ha superado de largo las tres décadas, hace no mucho salió un kickstarter para devolverlo a la vida y lo peto internacionálmente, os podéis imaginar porqué, es sencillamente muy bueno.

Con un sistema de juego porcentual parecido al clásico señor de los anillos, abandona toda pretensión de dividir a la gente en bandos de buenos y malos, deja de un lado la fantasía épica tradicional de los juegos de rol de orcos y elfos y nos mete de lleno en la mitología ibérica, llena de demonios y monstruos nacionales. un año antes de que Vampiro partiera la pana.

Y es que para mi, la clave de este juego es esa, que abandona la fantasía sin abandonar la fantasía, simplemente la transforma y la hace "realista" basándose en algo que atemorizaba a nuestras abuelas.

Incluso te permite pasar de bichos y demonios y crearte una partida de moros contra cristianos, de cruzados o de peleas entre la corona de Aragón contra Navarra, ve a matar al PUTO PAPA, porque la mitología no es la base del juego, es el aderezo si quieres hacerlo picante. No os voy a engañar, ir a pegarse con Lucifer es muy divertido, quemar unas brujas o tener un breve pero intenso encuentro romántico con una ondina hace que el juego alcance otro nivel, pero no te obliga a que sea un fin en si mismo.

Y es que creo que cuando mejor lo he pasado, gracias a un master altamente creativo y competente, es en los pequeños momentos cotidianos, cuando te asaltan unos bandidos, cuando has negociado en un pueblo con un personaje que no tenía lengua, cuando has tomado un castillo al asalto.

Y es en las decisiones que tomamos como simples mortales, con capacidades mortales, donde se desdibuja la linea entre el bien y el mal, donde realmente te puedes meter en la piel de un personaje que es extrañamente parecido a tu tío del pueblo, que parece sacado de una taberna del siglo XIII y que trincharía sin pestañear ni mediar palabra, con una horca oxidada, a cualquier cosa que huela a hereje, moro o ser impío del averno.

No es necesario que seas un héroe de leyenda, descendiente de un gran linaje, ni un poderoso guerrero de brillante armadura, puedes ser un despojo humano, muy motivado con no morirte de hambre y armado con un cuchillo oxidado, puedes hacerlo muy humano, tremendamente humano, podrías ser tú si hubieras nacido en la época en cuestión y acabaras metido en un follón épico de cojones.

Si además le añades localizaciones reales y te vas de vacaciones a visitarlas, o un fin de semana de escapada con los colegas y jugáis con el castillo de verdad de fondo, mientras lo tomas o porrazos en el juego, creedme que nunca os vais a meter tanto en la piel de un personaje, es algo que produce una euforia difícil de explicar.

Mezcla amigos, rol y turismo, aprende historia de España, juégala, añade los mitos y leyendas de cada región, come los alimentos tradicionales, mételos en el juego, rompe la pared entre realidad y ficción, haz una pelea de rol en vivo en el mismo lugar donde nació tu personaje, ríe, disfruta y pásalo como nunca lo has pasado.

Déjate poseer por los espíritus ancestrales que compartieron cama con tu tatara*15 abuelo

Eso es aquelarre.