Martínez Munuera, árbitro del Atlético-Athletic, detuvo el partido en el minuto 36 después de que Nico Williams, delantero del equipo visitante, denunciase haber escuchado insultos racistas desde la grada cuando se dirigía a lanzar un saque de esquina. Nico mostró su enfado al línier que estaba junto a él en el momento de lanzar el córner, recriminándole que no hubiese escuchado lo mismo que él. Pocos minutos después, Nico Williams marcaba justo antes del descanso el tanto que significaba el 1-1.
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Como es del Athletic entonces es racismo.
Si se suspende el partido pagan justos por pecadores. Una vez que el árbitro refleja en el acta lo sucedido lo lógico es que las autoridades hagan su trabajo.
Los jugadores a jugar y la policía a identificar y sancionar.
Cuando se corra la voz de que a X aficionados les ha caído una buena multa y prohibición de asistir a espectáculos deportivos es de esperar que el resto aprenda la lección.
Lamentablemente creo que esto no va a pasar.
La gente tiene que sufrir consecuencias , ellos o en su circulo de conocidos, para que tomen constancia.
Como si les quitan los puntos a los dos.
Lo de los insultos a los futbolistas es lo que tiene. Unos valen, otros no. Y las neuronas escasean.
Pero los mejores miserables están en Madrid