En España, solo el 10% de las prestaciones monetarias relacionadas con los menores están destinadas a reducir la pobreza y bien enfocadas, según la Comisión Europea. Esto provoca que el decil más rico reciba más ayudas que el decil más pobre. España se encuentra entre los países con más pobreza infantil de la Unión Europea desde hace más de una década y en 2022 (con rentas de 2021) llegó a ser el estado comunitario con la tasa de riesgo de pobreza en menores más elevada. Un 27,8%, según Eurostat.
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Además, esta noticia rezuma odio por todos los lados que importan.
Ciertamente no rezuma odio hacia los niños, pues a los niños los está defendiendo, pero es que el lado de los niños es precisamente el lado que no importa, porque los niños no tienen derechos porque no son seres humanos porque no tienen 18 años.
La noticia rezuma odio hacia los adultos, que son los lados e intereses que importan. Veamos por qué.
La noticia rezuma odio aporofóbico hacia los progenitores pobres, porque al implicar indirectamente que la pobreza y la precariedad son cosas malas o negativas, está dejando en muy mal lugar a esos progenitores pobres, por haber hecho nacer a sus propios hijos en esa pobreza o precariedad. Hay que saber respetar el legítimo derecho progenitor y educativo que tienen los seres humanos de considerar, si es así como lo ven, que la pobreza y la precariedad son circunstancias estupendas en las que hacer nacer, y criar, a sus propias proles.
La noticia también rezuma odio hacia los vecinos de los progenitores pobres, y hacia los demás ciudadanos de la sociedad a la que pertenecen esos progenitores pobres, por no querer criarles y mantenerles económicamente a esos hijos a esos progenitores pobres, a través de papá Estado, del capitalismo, de la monarquía y del sistema. Este odio también es claramente injustificable, pues si los progenitores pobres no están haciendo nada malo con poner a sus propios hijos en la pobreza, al hacerles nacer en ella, entonces, por simple lógica, los demás ciudadanos tampoco estarán haciendo nada malo con mantener también a esos hijos de los progenitores pobres en la pobreza (al no pagar su crianza, vía papá Estado, capitalismo, monarquía y sistema).
En definitiva, todos somos buenas personas, tanto los unos como los otros, no importa cuánto daño hagamos a los niños, porque los niños no tienen derechos porque no son seres humanos porque no tienen 18 años de edad. Los podemos masacrar con bombas o con pobreza o con hambre todo lo que queramos, pues los intereses, necesidades, pensiones y egoísmos de los padres están por encima.
Así que ningún periódico debería venir a decirnos lo malas personas que son los adultos, por el procedimiento de implicar indirectamente que la pobreza y la precariedad son cosas malas o negativas.
El que es pobre es porque… » ver todo el comentario