El Ayuntamiento de Valencia debe a sus proveedores más de cien millones de euros y el desequilibrio entre ingresos y gastos corrientes triplica el límite legal. Así al menos lo denunció ayer el concejal socialista Juan Ferrer después de debatir en la Comisión de Hacienda los últimos informes del propio equipo de Gobierno, que no ha desmentido ninguno de estos extremos. El desequilibrio entre ingresos y gastos no financieros triplica lo permitido por la Ley General de Estabilidad Presupuestaria
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