La autora, Dallas Nagata White, cuenta que la sesión en la que se tomó la foto tuvo lugar en el volcán hawaiano Kilauea y tan sólo necesitaron unos trípodes, un flash inalámbrico y una buena cámara. La fotografía posteriormente sólo precisó de un poco de recorte y ajuste de tamaño y una ligera edición de Lightroom para adecuar un poco colores y sombras. Bueeeeeno, sííííííí, tiene un poco de truco… lava y lluvia. Lo normal. El resto es la historia del beso de la fotógrafa con su marido.
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