La crisis empezó a gestarse cuando el BCE (monopolio público de la moneda europea) rebaja los tipos de interés artificialmente (al igual que la Rva. Federal o el Banco de Inglaterra) hasta el 2%. La subsecuente explosión de la demanda de crédito (a pesar del bajísimo ahorro) dio lugar a la burbuja inmobiliaria (en 2006 se iniciaron 850.000 viviendas, más que Alemania o Francia juntas). Para las administraciones este gran aumento de los ingresos tributarios derivado de la construcción provocó un incremento insostenible del gasto público.
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