Es en estos momentos en los que mi vida experimenta terribles fluctuaciones de red, cuando me veo en la obligación de decirte adiós y desinstalarte de mi sistema. Me cuesta mucho, créeme, pues para borrarte de mi disco duro necesitaré mucho más que un par de formateos a bajo nivel. Desde el primer día en que te ví, ya tu versión trial dejó huella en mí de lo que adiviné como una arquitectura interna realmente interesante y tierna, ¿por qué lo voy a negar?...
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