El padre entró en el Centro de Salud de Almuñécar con su hija en brazos y gritando '¿un médico!'. La pequeña, de tres años de edad, estaba sufriendo fuertes convulsiones. El padre se desesperaba al ver que ningún médico salía a atender a su pequeña. Lo que no sabía era que, en ese momento, poco antes de las 21 horas, ningún médico podía salir porque en el Centro de Salud no había ningún médico.
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