¿Cuándo fue la última vez que se le fue el santo al cielo y se olvidó de todo, incluso de sí mismo? ¿Quizás practicando deporte, o sexo, bailando, nadando, viendo una película o escuchando música? Esta semana hemos leído que los investigadores Rafael Malaca e Ilan Goldberg, del Instituto Weizmann de Ciencias, han llegado a la conclusión de que la función de autopercepción de nuestro cerebro se apaga durante este tipo de tareas sensoriales intensas.
|
etiquetas: cerebro , ciencia , divulgación