A los cómics y novelas pulp se los llamaba así porque estaban impresos en papel barato y basto, hecho con pulpa de madera. Estas publicaciones solían tener al menos 100 páginas, y costaban entre 10 y 15 centavos. En los cómics de ciencia ficción futurista de la primera mitad del siglo pasado estaban ya las bases para Star Trek, Star Wars o Matrix, además de desplegar una enorme fantasía y una carga erótica muy marcada.
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